viernes, diciembre 10, 2010

Ser Humano

Mi pluma es ágil y mi verbo filoso, porque la educación formal me enseñó a leer y escribir, pero fue la calle la que me enseñó a sentir.
Porque conocí señores que bajo su traje Armani no usaban un corazón sensible, y señoras de plástico con sonrisas de muñecas, pero también ví de cerca la inmundicia de la droga y la prostitución.
Y aunque los unos y los otros me producen un cierto asco, me muevo como pez en el agua tanto en un río de agua clara como en las miasmas del Miguelete. Eso sí... no intenten ponerme tras el cristal de una pecera, porque lo mío es la libertad, esa capacidad de decir, escribir y, sobre todo, pensar, no lo que me venga en gana, sino lo que mi raciocinio, si es que todavía me queda algo, me diga que es correcto.
Porque mientras haya un hálito de vida en mi corazón y un pensamiento en el gran torbellino que es mi cabeza, seguiré siendo un ser humano. Quizá no muy ser, pero sí muy humano.